Malas prácticas en las Relaciones Públicas

En todas las actividades humanas hay siempre espacios para hacer las cosas mejor, aunque hacerlas diferentes no necesariamente significa que sea mejor, lo importante es tener metodologías de medición de los resultados para poder ajustar las estrategias y las formas de trabajar, para que en función de esto se vayan logrando siempre mejores resultados.

Se puede definir a las Relaciones Públicas como la ciencia que se encarga de gestionar la comunicación de una organización o persona con sus distintos públicos –ya que no se trata solamente de tener contacto con los clientes o consumidores potenciales, lo cual es la función de la mercadotecnia, también puede tratarse de inversionistas, organismos públicos, organizaciones sociales, periodistas especializados, influencers, etc.– con el objetivo de construir y mantener una imagen positiva de la empresa, organización o persona.

Para lograr el objetivo es fundamental conocer a los distintos públicos a los que hay que dirigirse, con el fin de desarrollar los mensajes adecuados para cada uno de ellos y hacérselos llegar de la mejor manera posible.

Desde luego que no es una ciencia exacta ni hay fórmulas mágicas para cumplir con los objetivos, pero tampoco se trata de improvisar, pues hay estrategias ya conocidas que permiten tener efectividad en el trabajo, buscando siempre la manera de hacerlo mejor.

Pero también hay que reconocer algunos errores en el proceso de las Relaciones Públicas que no ayudan a crear la imagen positiva o a transmitir los mensajes al público objetivo. A continuación, enlistamos los que nos parecen los más importantes:

  1. No tener un vocero listo en la organización y/o en la agencia de RRPP luego de enviar un comunicado importante, ya que puede haber periodistas o medios que quieran aclarar algo, que requieran más información o alguna entrevista directa.
  2. Repetir una noticia o nota que fue benéfica en su momento, buscando obtener nuevamente publicaciones y menciones.
  3. Mentir en un comunicado. Esto es muy delicado ya que la verdad tarde o temprano sale a la luz y los medios y periodistas buscarán siempre una confirmación de lo que se les envía o destacarán la evidencia de la mentira cuando esta salga, haciendo que la comunicación original sea contraproducente.
  4. Enviar un comunicado a más de una persona en un mismo medio, ya que esto puede ocasionar algún conflicto interno si dos personas están tratando de publicar una misma nota. Puede hacerse en casos excepcionales en que un medio específico así lo pida porque estarán conscientes de que más de uno recibirá la comunicación y se coordinarán para darla a conocer si es el caso. También se justifica si la casa editorial tiene dos publicaciones distintas que podrían estar interesadas en la misma información, aunque cada una lo aborde con un ángulo diferente.
  5. Enviar comunicados indiscriminadamente a todos los medios y contactos que la empresa o agencia tenga, buscando la mayor cantidad de publicaciones. Esto puede ocasionar que, si para muchos de ellos la información es irrelevante y continua, acaben haciendo caso omiso a la agencia porque consideran “basura” todo lo que reciben, y cuando verdaderamente haya algo importante tal vez ni cuenta se den. Es mejor tener bases de datos bien catalogadas para que los envíos sean efectivos de acuerdo con el tipo de comunicación y el público objetivo que se busca.
  6. Presionar a los periodistas con las publicaciones o eventos, esta práctica ha crecido en años recientes, muchas veces presionada por los mismos clientes que quieren cubrir una cuota de publicaciones o asistentes a algún evento, propiciando que las agencias o ejecutivos de RRPP presionen a los periodistas para lograr el objetivo, causando una lógica molestia que puede revertirse contra la comunicación, es decir, que por esa molestia decidan no publicar o asistir porque no se sienten respetados.
  7. Buscar a los periodistas fuera del horario laboral. Como respuesta a la presión de los clientes, las agencias caen en la desesperación y tratan de contactar a los periodistas por las noches, muy temprano por la mañana o en fines de semana. Si no se trata de una urgencia, de información relevante previo a un viaje o una noticia de última hora para medios que publican todos los días, contactar a los periodistas en horas inhábiles puede considerarse una falta de respeto a su tiempo. Y un periodista enojado no publicará la información que se le envíe.
  8. Abusar de las redes sociales para contactar a los periodistas. Ya habíamos hablado de este punto en un post anterior, pero lo recalcamos porque, aunque el ejecutivo de RRPP sea amigo de los periodistas, se considera invasivo el buscarlos en sus redes sociales personales (Instagram, Facebook, Twitter…) para hablar sobre trabajo. Es válido buscarlos en las redes sociales profesionales, como LinkedIn (o si tienen una cuenta de trabajo en Twitter), pero si un periodista permite que un publirrelacionista sea su amigo en Facebook, es para compartir memes, no para recibir comunicados de prensa o invitaciones a eventos.

Es importante tener en cuenta todas estas cuestiones, ya que, si el objetivo es lograr una buena imagen de la organización o persona en la sociedad, no tener una buena relación con los medios, periodistas o no llegar adecuadamente a los públicos objetivos, hará que no se cumpla con el objetivo que tiene la agencia de Relaciones Públicas con los clientes.