Primer vicio: Comunicar por comunicar
En nuestra experiencia, nos hemos encontrado con diversas marcas y empresas que creen que comunicar absolutamente todo y sin un orden, es la mejor manera de mantener a las audiencias cautivas. Sin embargo, esto está alejado de la realidad.
En primera instancia, recordemos que todas las marcas tienen tres tipos de audiencias: a) consumidores o clientes fijos; b) consumidores o clientes potenciales y; c) empleados y socios; a cada uno se le debe brindar un mensaje específico, claro y directo.
Por ejemplo, el cambio en la plantilla directiva es de mayor interés para los socios y empleados, mientras que lanzamientos de nuevos productos o actualizaciones interesa mayormente a los consumidores y clientes, tanto fijos como potenciales. En ambos casos, se requiere de estrategias diferentes; la primera se enfoca en lo que llamamos comunicación interna que se soluciona con notificar vía correo electrónico, comunicados impresos, videos y demás herramientas comunicativas a todos los empleados sobre los cambios; la segunda se enfoca en comunicación externa, que se resuelve con la inversión en un evento o conferencia de prensa, brindando gran relevancia para el público externo.
Por otro lado, es normal que cada empresa se vislumbre como la mejor en su ramo, sin embargo, se debe hacer un análisis autocrítico de ventajas y desventajas, lo que ayudará a mejorar la comunicación; este autoanálisis ayuda a definir claramente los mensajes, las audiencias y los alcances de cada mensaje.
Aunque lo anterior parece una obviedad, no lo es. Muchas empresas no se detienen en hacer lo descrito y brindan el mensaje a todos por igual, afectando la imagen de la marca y así, abriendo la posibilidad de generar crisis o bien, generar un incipiente impacto. Si lo que deseamos es mejorar la reputación de nuestra marca, tengamos en cuenta estos consejos que ayudarán a mejorar ampliamente la imagen positiva de nuestra marca.